Con o sin café al lado suelo tomar el lapicero, abrir la libreta y mirar fijamente la terrible hoja a cuadros en blanco. No sé con qué pintarla pero sé que necesito pintarla. Pues, como si fuese yo un pintor, siento la necesidad de embarrar el lienzo y confesarle mis más profundos sentimientos, combinados en formas y colores.
En mi caso, algo alejado de semejantes talentos, pues me apetece unir letras y oraciones que luego me contarán qué andaba pasando por mi mente. Y es que siento que ya debo partir de este constante velorio de mi vida en El Corte Inglés. Alejarme de este camal de sueños y pesadillas donde respirar cuesta y no se acepta tarjeta de crédito. Solo se aceptan horas de tu vida como método de pago y no hay opción a cambios ni devoluciones.
Es momento. Ya debo de partir a por lo mío.
Ya.
*21/05/2025.
