Hace un año que volví. Un año asimilando que volví a vivir de donde huí. Un año para asimilar que pudiendo haber decidido no volver, pues volví.
Hace un tiempo que no escribo. No sé quién anda ya aquí. Un buen tiempo me ando esquivo. Me caí y reviví.
Hoy recién encuentro estos escritos, y el sentir misteriosamente no es muy sutil. No tengo noción del tiempo entre estas líneas. Pues como como yo, me perdí y reviví.
El brillo invade mis cerrados párpados. Dudo entre teclas, movimientos y elecciones. Debo retroceder, corregir. El paso en falso, el dedo inquieto. La duda, y el espacio entre la coma y la vocal.
Luz naranja, intento jugar con ella. Cambiar el color y elegir. Poder ir del verde al rosado. En meditación dicen que es costoso. Y no logro más que permanecer en blanco.
Ya son dos años quizás que volví. Dos años y un Covid. Que se mide distinto. Pues ese no te habla de semanas, horas, minutos, ni meses. Ese te habla de otras formas aun incomprensibles para el humano.
Y el tiempo que pasa, aprendo y desaprendo. Y tal vez la expectativa fue más grande. Quizás.
