En la plaza de Tarapoto la gente es bien alegre. Andan todos muy contentos y yo no sé por qué. En el Café Plaza he encontrado un refugio pintoresco. Esta es mi segunda visita y me acomoda la estadía. No es primera vez que viajo solo, aunque tal vez si dentro del Perú. Suelo andar solo hace un buen tiempo, pero el nivel de comodidad que he encuentro fuera de Lima siempre es más alto. Pues aquí nadie me conoce, de nadie soy amigo. Soy solo una cara más del montón y eso me gusta. Dormir la primera noche fue una mezcla de sensaciones extraña. La constante y fuerte lluvia resonando contra la calamina del techo era realmente relajante. Recordé aquellos meses de insomnio que sufrí en Melbourne y cómo logré conciliar el sueño poniendo videos en Youtube de sonidos de lluvia y la naturaleza. Por otro lado, el fuerte calor y sus veintisiete grados centígrados me hacían despertar cada cierto tiempo durante toda la noche. Mezcla de lindas sensaciones y el detestable bochorno.
Hoy salgo para Moyobamba. Mañana Domingo juega Alianza.
Será el último partido del Clausura y si ganamos seremos campeones.
Que la suerte esté con nosotros.
Sueño íntimo.
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