Mente cerrada. Veo borroso. Busco en el olor del café ser más ligero. Cortar la frustración. Dejar que la imaginación se apodere de mi ser. Quitar el freno a éste pesado vientre. Liberar los engranajes de las ideas. Éstas ideas que atascan el funcionamiento natural de mis órganos. Éstas preguntas que me impiden caminar con ritmo. De derecha a izquierda. Balanceándome de adelante hacia atrás. No ser más ésta estatua de sueños. De panoramas perfectos y de acciones imperfectas. De si hubieras y quisieras. Ser más yo sin ti. Y menos de ti en mí. Y busco correr. Desgarrar éste freno de mano que anda aferrado a mis piernas. Darle marcha a la constancia y eliminar los excesos. Mantener a los cercanos. Cuestionar a los lejanos. No juzgar a los que se fueron. Ni pensar en los que huyeron. Sólo ser quien lee un texto y admira cada movimiento. Sólo oler que trae el viento. Disfrutar que estoy oliendo. Sentir la liberación. El escupir estas letras que se acumulan en mí. Y otra vez, aligerarme. Aligerar la mente. Y esperar a que ésta manía de recolectar letras sin sentido ocurra de nuevo. Ocurra. De. Nuevo.
Ocurrió un Agosto.
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