Poderoso querer.

Fue muy difícil olvidarte. Recuerdo poner todo de mi para lograrlo, pero te aferrabas a mi. No me soltabas como cuando un niño se agarra fuertemente de la pierna de su madre para que no lo deje solo en el colegio. Sentía tus pequeñas manos apretando mi ser. Tus uñas ya haciendo daño a mi piel y mi sangre correr por la piel. Era tan fuerte el sentir que a veces tenía que recurrir al espejo a ver si es que las heridas eran reales o no. Y por lastima estaban solo en mi mente. No eran reales. Éstas no existían. Éstas eran producto de mi imaginación. La misma imaginación que me puso a tu lado e ideó este plan ideal en el que somos protagonistas. 

Hoy desperté a la media noche realmente asustado. Prendí la lámpara de la mesa de noche y me esforcé por escucharte. Traté de sentir tu presencia en el cuarto. Y nada. No te hallaba allí conmigo. No entendía que sucedía. Si ayer te habías ido a dormir conmigo. Si tan solo horas antes habíamos ido a dormirnos juntos. Recuerdo el beso en la mejilla. Hasta mañana. Que descanses. Mañana tenemos un día largo te dije. Lo confirmaste con un «uhum» y nos fuimos a dormir. 

No recuerdo tu voz ahora que me lo pregunto. No recuerdo porque no me respondiste anoche. Ni esa mañana. Ya que en la mañana solo me hiciste un movimiento de cabeza de arriba a abajo aceptando lo que te decía. Espera, pero porque es que hace días no me hablas? Es que estamos peleados y no recuerdo por qué?

Cuando fue que discutimos? Si no hemos peleado últimamente… no nos hemos peleado nunca… o al menos desde hace … oh por dios…

Deja un comentario