Y que equivocado estuvo. Estacionado en esos pensamientos erróneos. Queriendo creer que era posible e indicado.
Sabe muy bien que no es real, que vive entre engaños, que ella no merece ni un segundo de su tiempo. Nada.
Pero él es torpe, él no aprende.
«Aprenderá
a golpes»
o por medio de la razón, eso sí
no debe dejar de creer en ello, porque ello le da vida
aunque esa vida vuelva a la miseria inconfusa de su ser.
Respira, total… respira.
